La Sociedad Civil Árbol Verde tiene como fin primordial el mejoramiento en las condiciones de vida de sus socios y comunidades a las que pertenecen, por medio de proyectos productivos basados en el uso adecuado de los recursos y servicios forestales, provenientes del área concesionada, además de otros emprendimientos que le resulten provechosos.
Para la correcta administración del área concesionada se implementa un Plan de Manejo, cuyo objetivo es aprovechar, considerando el menor o nulo efecto de las actividades sobre el bosque y sus funciones; para tal efecto se mantiene desde el tercer año de trabajo, un Certificado que avala la buena gestión forestal y la correcta trazabilidad de los productos que se venden como certificados. El Plan también contempla zonas de protección, que cubren cerca del 50% del área total, tendientes a conservar áreas con valores ambientales o culturales de gran interés.
Cada año, se desarrollan un conjunto de actividades, tendientes a manejar los recursos maderables y no maderables, bajo un orden estipulado, para los primeros, las acciones inician con la organización de grupos de personas pre capacitadas para la ubicación de árboles, su evaluación, determinación y propuesta de su mejor función y el posterior aprovechamiento o bien su identificación como individuos a mantener bajo concepto de “árboles padres”, propuesta avalada en última instancia por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas – CONAP-.
Ya en proceso de aprovechamiento de los individuos seleccionados, cada una de las acciones se desarrollan bajo un esquema del “menor impacto”, desde las manuales con herramientas básicas, como el marcaje de árboles, tala dirigida y trazo de caminos, hasta las que conllevan el uso de maquinaria pesada como en la construcción de infraestructura y movimiento de madera.
El concepto de manejo sostenido también incorpora acciones silvícolas tendientes al uso racional y recuperación de la masa boscosa, por ejemplo la aplicación de tasas de aprovechamiento adecuadas y diferentes para cada especie y para cada sitio, con base en la regeneración natural presente; el enriquecimiento con especies de interés en áreas intervenidas, la corta de lianas de las especies bajo manejo, el cierre permanente de caminos que ya no se usarán y el control de las áreas por grupos de monitoreo, que protegen los bosques a través del desarrollo de patrullajes estratégicos y continuos en las áreas de mayor riesgo. En conclusión, se busca un manejo amigable y sostenible con el ambiente, económicamente rentable en el tiempo y socialmente beneficioso para las poblaciones locales.